Galiciaenfotos.comSin rumbo. Sin prisas. Sin horarios.

Normalmente soy de poco navegar por falta de posibles y material flotante, así que este fin de semana que me invitaron a dar unas vueltas por la ría de Arosa en motora como los señoritos me lo pasé como un enano acuático. Si a eso le añadimos buena compañía, buen tiempo, mejores vistas y comilonas a porrillo, nos sale un fin de semana redondo. Es increíble cómo habiendo mil vueltas por esa zona, en barco los paisajes cambian totalmente y descubres muchos lugares que ni conocías, ni imaginabas.

Mira tú que hasta parecemos los de Miami Vice por Arosa, o lo que es lo mismo, Arosa Vice.

Prácticamente es lo único que le queda por decir al dueño de esta casa en pleno centro de Moaña, al lado del ayuntamiento. Mientras sacaba fotos vi a lo lejos el cartel en la casa. Vamos a echar una ojeada.

Según tengo oído, lo de la Ley de Costas no es ninguna broma. Si entra dentro de la zona afectada, te quedas sin tu propiedad por muchos años que lleve allí.

A ver en qué queda la cosa, según vaya pasando por Moaña intentaré enterarme de la historia y ya lo iré contando por aquí.

Por tal nombre se conoce un pequeño pueblito a medio camino entre Vigo y Pontevedra según se va por la carretera nacional, no por la autopista. Desde siempre lo recordaba únicamente como una travesía, una larga recta que lo cruzaba y poco más. En resumen, ésto.

Ultimamente lo he recorrido y sí, algo mas tiene, calles interiores, paseo marítimo, aunque por lo que más se le conoce es por las ostras y ostrerías, por la fiesta de la ostra y siendo así, es evidente a quién iba a estar dedicado el monumento del pueblo. Aquí tenéis el monumento a la ostra, con su perlita y todo. Impresionante.

Para los que no las hayáis probado, están ricas, son como gelatinosas y saben mucho a mar. Ahora que como te toque una en mal estado como me pasó hace unos años, se pasan canutas entre el dolor de tripas y las innumerables visitas al baño. Pero no hay problema, se siguen comiendo. Como decimos aquí, «malo será» que me vuelva a tocar una mala.

Aunque pensaba que se habían acabado las jornadas fotográficas hasta el final del verano, este fin de semana apareció revuelto así que la carne es débil, cedí a la tentación, volvimos a las viejas costumbres como son las excursiones dominicales y como no, las fotos a los ríos. Recorrido por zonas cercanas a La Cañiza y por la Ribeira Sacra, entretenido, me vino bien porque estoy bastante cansado mentalmente. Muchas cosas en la cabeza todas a la vez, mucho trabajo, cursos, al final de lo único que hay ganas es de vacaciones y poder desconectar un par de semanitas por lo menos. Como hasta agosto no tocan, habrá que rezar porque los fines de semana venga buenos para irse a la playa y poder tumbarse a la bartola todo el día.

El nuevo gobierno de Porriño ha decidido quitar el monumento al antiguo tranvía a Mondariz que estaba en el centro del pueblo alegando que estorbaba, la gente tropezaba y el cristal se rompió alguna vez. Ya veis cómo ha quedado. En fin… los de siempre pagan el montaje, pagan el desmontaje, ahora ya sólo falta que el siguiente gobierno eche de menos el monumento y lo vuelva a montar. Total, como les sale gratis…

Desde el jueves 10 al domingo 13 se celebra en Silleda la feria de la Semana Verde, la mas importante que hacen en el recinto ferial. Este año la entrada es gratis, y en caso de no tener plan para el fin de semana es una buena opción para acercarse a Silleda, ver un montón de expositores y actividades. Si te sobra tiempo, siempre puedes acercarte a la cascada del río Toxa y hacerte un esguince, ver qué tal sigue el monasterio de Carboeiro o al ataque a la pastelería Tábora, todo ello ya comentado por aquí.

La foto… es la que hay. Cuando fui a visitar ferias o exponer con mi antigua empresa no me llevé la cámara y cuando pasé con cámara, no había feria. Muy propio de mi.

Para imágenes simples como me gustan a mi, el mar es único. Un poquito de cielo, una nubecilla, un poquito de mar, la isla de Sálvora al fondo y un barquito para rellenar la composición. Tampoco es que sea una maravilla, pero mira, mejor que una foto de la suegra seguro que es. Ya de paso podemos comentar que la Isla de Sálvora es una de las múltiples islas que podemos encontrar en las bocanas de las rías gallegas. En la ría de Vigo están las Cies, en la de Pontevedra las islas de Ons y Onceta, y Sálvora en la ría de Arosa. Se puede conocer mediante una visita turística organizada que algún año haremos y cuando ello suceda no dudéis que habrá fotos por aquí.

O cómo la inauguración de un «Monumento al donante» se convierte en un nuevo ejemplo de que los políticos cuando quieren ser miserables, no hay quien les gane. La historia del asunto, aquí. Ellos a chincharse mútuamente y a los donantes, que les den dos duros. Lo verdaderamente triste es que es el claro reflejo de la calidad de los políticos de Vigo (por ambos bandos), anteponiendo desde hace mucho tiempo sus intereses a los de los ciudadanos.

Ya puestos aprovecho para comentar que el monumento se encuentra delante de uno de mis edificios favoritos de Vigo, el del huevo cósmico en el tejado, y que debe hacer unos veinte años que soy donante de órganos. Apuntarse fue tan fácil como pasarse por la página de Alcer, cubrir un formulario y al poco tiempo te mandan una tarjeta que llevo conmigo. Soy incapaz de entender a esa gente que en estos casos no dona todo lo donable o no se da cuenta que puede haber alguien con mucha vida por delante tirado en la cama de un hospital esperando la llegada de un órgano simplemente para no palmarla.

En la penúltima visita a Moaña descubrimos el calamar de asiento, en aquel entonces a medio acabar. Hace un par de fines de semana volví a pasar por el mismo sitio y puedo confirmar y confirmo que el calamar está completo, pintado y a plena disposición del niñerío allí presente que lo usaba para subirse encima y que me hizo esperar un rato largo para poder sacar la foto sin tiernos infantes ejerciendo como escaladores encima.

Carril es el pueblito que queda justo a continuación de Villagarcía según se sale en dirección a Catoira. Es pequeñito y el día que lo visité me puse morado a sacar fotos gracias a la luminosidad de un sol que iba descendiendo lentamente. A mi espalda un tropel de gente cantaba y cantaba. Ese día había sido la famosa Fiesta de la almeja de Carril y la sobremesa se prolongaba (mucho) mas de lo habitual.

Para ser sinceros no sé si sería por las almejas o por el abundante vino con el que se acompañan, pero madre mía, qué mal cantaban, menuda colección de gallos y gorgoritos a destiempo…