Seguimos recorriendo la ciudad de Vigo, hoy nos toca hacer un paseillo por el Monte de El Castro y alrededores desde donde se sacaron las fotos de la primera entrada correspondiente a esta serie y probablemente el mejor lugar (salvo que crucemos a la orilla de enfrente) donde poder contemplar la ciudad en toda su extensión. En la parte superior hay un recinto amurallado al que se puede entrar de forma gratuita. Las murallas no son espectaculares, no es un castillo enterito, pero lo importante son las vistas desde allà y merecen la pena.
Pegado a la muralla está el edificio de la foto siguiente. En su dÃa era el Restaurante El Castillo donde comà unas cuántas veces y os puedo jurar y perjurar que se comÃa de vicio con unas espectaculares vistas a la RÃa. He de agradecerle además a este local haberme descubierto el que durante mucho tiempo fue mi vino favorito, el Viña Mayor Reserva de 1994. Aunque de la lectura de este último párrafo se pueda extraer la impresión de que soy un señorito, efectivamente, soy un señorito, me gusta la buena vida tanto como a cualquiera y el que diga que no le gusta el buen vivir, miente como un cochino. Lo que me salva es que si no me lo puedo permitir no me preocupa, no como otros que se meten en polÃtica con tal de comer gratis en sitios asÃ.
Volvamos al edificio. El ayuntamiento habÃa otorgado la concesión a una empresa para explotarlo como restaurante. Finalizada la concesión en 2006, el ayuntamiento dice que no se la renueva porque allà quieren hacer algo, o derribarlo o no se sabe qué, pero ya verán. Resultado: el edificio lleva vacÃo y abandonado cuatro años. Hubo un par de incendios que dañaron el tejado y a dÃa de hoy todo sigue igual, sin que hayan decidido nada ni se vean planes a corto plazo. No es que esté precisamente a favor del edificio, que para más fue construido de forma ilegal hace unos sesenta años, sino de la forma en que el ayuntamiento hace las cosas. Elimina un local emblemático de Vigo que daba fama a la ciudad, creaba empleo y pagaba impuestos, lo convierte en una ruina que afea el panorama y ni se preocupa. Cómo se nota que algunos juegan con el dinero ajeno y estas cosas no le duelen en su propio bolsillo.
Cuando hablábamos de pegotes podrÃamos incluir sin dudarlo un instante dos edificios del centro de la ciudad. El de la izquierda es el ayuntamiento, feo con ganas, no se integra lo mas mÃnimo con el entorno y en su interior, grietas, incomodidades y goteras.
El de la derecha es el Hotel BahÃa, un mamotreto de cuidado adornado en su exterior con azulejos de cuarto de baño cuyo diseño espanta desde lejos y según te vas acercando, mucho más. El aspecto viene siendo más o menos el de un edificio de la extinta RDA en los años 1970. Como hotel será un cuatro estrellas, el aspecto del interior es impresionante, la situación inmejorable y los precios más que interesantes, pero ese exterior desanima a cualquiera.
Volviendo a las vistas desde El Castro, el entorno en absoluto es feo, pero esos dos edificios matan cualquier vista. Aquà los tenéis estropeando una foto con la RÃa de fondo y en primer plano el monumento a la batalla de Rande, esa que duró unas horas y ha dado décadas de elucubraciones sobre el tesoro de los galeones hundidos.
Para finalizar, si os espanta la vista anterior, os giráis 180 grados y esto es lo que aparece, el Hospital Xeral. Otro que se integra bien en su entorno y de la decoración… qué os voy a contar, muy de Vigo…