Aguas cristalinas

Escrito por: Jc | Categoría: Orense | Publicado el: 27-08-2010

Hay que ver cómo cambian las cosas dependiendo del punto de mira desde el que se observen. Aunque las mentes privilegiadas de los lectores de este blog ya comprenderán a qué me refiero, vamos a poner un ejemplo por si acaso nos visita alguien con un coeficiente intelectual similar al mío. Nos vamos al balneario de Riocaldo y emprendemos la ruta que continúa río arriba. Una foto al arroyo nos muestra lo precioso, fresco y cristalino de sus aguas.


Río de cerca

En cambio, usando un plano mas general el río sigue siendo el mismo pero como que se te quitan de golpe las ganas de bañarte. Es algo muy común en esta vida, si te fijas en algo muy concreto (la parienta) adviertes que es algo incomparable pero si abres el plano y ves lo que la rodea (suegra y suegro) es como para echar a correr o, en su defecto, comprarte una escopeta por si quieren acercarse a casa. Y con ésto no quiero indicar que no los quiera. Los quiero lejos, que no es lo mismo.


Río de lejos

La bodega El Fabulista

Escrito por: Jc | Categoría: Al este, Ocio | Publicado el: 27-08-2010

Ir a La Rioja y no visitar bodegas es motivo de excomunión, así que cuando fuimos, nos organizamos (cochina mentira, fue todo improvisado) y escogimos un par de ellas. La segunda fue la del Marques de Riscal, aunque por lo espectacular del edificio fue la primera en salir aquí. La primera visitada fue, mientras recorríamos el pueblo de Laguardia, la bodega El Fabulista que recibe ese nombre por ser propiedad de la familia de Samaniego, aquel que escribía fábulas como «La cigarra y la hormiga». Ejerció como guía Alonso, un tipo de lo mas amable y ameno que nos fue mostrando primero el lugar donde se exprimen las uvas, o lo que es lo mismo, ese agujero. Ahí las echan, se mete gente y a pisar uvas tocan. A diferencia de otras bodegas, aquí es todo más artesanal con más hombre y menos máquina.


La Prensa

A continuación bajamos unas escaleras empinadas y nos metemos por una especie de pasadizos excavados en la roca. En Laguardia llegó a haber trescientas bodegas subterráneas, a día de hoy nos dijeron que sólo quedan dos en activo. En los túneles nada de depósitos gigantes de acero, todo barril de madera y casi a oscuras. Para sacar estas fotos apoyaba la cámara en algún sitio, le daba al automático y ella solita exponía el tiempo que necesitaba, en este caso cinco segundos.


Barriles

Aquí una muestra de las botellas actuales encima del barril. En la estantería de atrás botellas de hace años. Más modernas las de la derecha y mucho más antiguas las de la izquierda, que ya están totalmente cubiertas de polvo.


La Historia

Por último la sala de cata, en lo mas profundo de la bodega. Dos barriles con muchas copas encima y dos tipos de vino diferente, un crianza y un reserva, ambos bastante bebibles por lo menos para mi gusto. Explicación de cómo se han elaborado esos vinos, sesión de ruegos y preguntas y fin de la visita. Más o menos cuarenta y cinco minutos, creo recordar que seis euros por persona y muy recomendable si pasáis por allí cerca.


Sala de cata

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