Galiciaenfotos.comSin rumbo. Sin prisas. Sin horarios.

Ir a La Rioja y no visitar bodegas es motivo de excomunión, así que cuando fuimos, nos organizamos (cochina mentira, fue todo improvisado) y escogimos un par de ellas. La segunda fue la del Marques de Riscal, aunque por lo espectacular del edificio fue la primera en salir aquí. La primera visitada fue, mientras recorríamos el pueblo de Laguardia, la bodega El Fabulista que recibe ese nombre por ser propiedad de la familia de Samaniego, aquel que escribía fábulas como «La cigarra y la hormiga». Ejerció como guía Alonso, un tipo de lo mas amable y ameno que nos fue mostrando primero el lugar donde se exprimen las uvas, o lo que es lo mismo, ese agujero. Ahí las echan, se mete gente y a pisar uvas tocan. A diferencia de otras bodegas, aquí es todo más artesanal con más hombre y menos máquina.

A continuación bajamos unas escaleras empinadas y nos metemos por una especie de pasadizos excavados en la roca. En Laguardia llegó a haber trescientas bodegas subterráneas, a día de hoy nos dijeron que sólo quedan dos en activo. En los túneles nada de depósitos gigantes de acero, todo barril de madera y casi a oscuras. Para sacar estas fotos apoyaba la cámara en algún sitio, le daba al automático y ella solita exponía el tiempo que necesitaba, en este caso cinco segundos.

Aquí una muestra de las botellas actuales encima del barril. En la estantería de atrás botellas de hace años. Más modernas las de la derecha y mucho más antiguas las de la izquierda, que ya están totalmente cubiertas de polvo.

Por último la sala de cata, en lo mas profundo de la bodega. Dos barriles con muchas copas encima y dos tipos de vino diferente, un crianza y un reserva, ambos bastante bebibles por lo menos para mi gusto. Explicación de cómo se han elaborado esos vinos, sesión de ruegos y preguntas y fin de la visita. Más o menos cuarenta y cinco minutos, creo recordar que seis euros por persona y muy recomendable si pasáis por allí cerca.

En la zona de Cambados las bodegas son visitables y en la zona del Rosal, cerquita de mi casa, también. Mas o menos media docena de bodegas, con posibilidad de ver los viñedos, el procesado del vino y catar las variedades que ofrecen. Es curioso cómo todo el Baixo miño está lleno de viñedos gracias a su microclima, yo no me lo acababa de creer pero es cierto. Días que voy de excursión y vuelvo me doy cuenta que la temperatura aquí siempre es mas elevada que en los pueblos de los alrededores. ¿Porqué? Supongo que por tener montañas al norte que tapan el aire frío y estar muy orientado al sur con lo que le da sol todo el día.

¿No sabes qué hacer un sábado cualquiera? Vete a Cambados y dedícate a recorrer bodegas, que está instituida la «Ruta del vino Rías baixas» por esa zona donde se da el vino albariño, un vino blanco de my buena calidad, fresco y ligero. Cada bodega tiene varias visitas diarias, nosotros fuimos a la bodega Martin Códax cuyo edificio veis en la foto y nos enseñaron dónde se exprime la uva, dónde se hace el vino, dónde se almacena, tienen salas de prueba para ver qué significa el color del vino, para distinguir los olores que lo componen y finalmente una cata para probar toda la variedad que se produce en la bodega.

Un consejo: mejor que os acompañe alguien que no beba. A la tercera o cuarta bodega el estado puede bordear lo lamentable.

Esto es un folleto real que me encontré hoy en el parabrisas del coche, con un par de cositas borradas para que no se identifique el origen. Nosotros sí que sabemos, somos lo mas de lo mas de lo mas de lo mas. Ni mas ni menos que un «Curso de corte de jamón, maridaje y cata de vinos» y además gratuito. Jamón y vino por la patilla, debieron agotarse las plazas para el curso en 9,8 segundos. Lista de espera de ochocientas personas para segunda y sucesivas ediciones. Si es que estas cosas es provocar al personal, hombre… y yo de tonto haciendo uno de temas financieros, enterrado en ratios y cálculos de periodos de maduración mientras el resto del personal le da al papeo de gorra. Nunca aprenderé…