No sé si recordaréis la historia que tenÃa yo con las botellas de gaseosa y que iba describiendo aquÃ. Entre vacaciones, viajes, veranito, esguince y demás, desde junio estaba todo parado pero no olvidado. Ayer domingo la pleamar coincidÃa a una hora decente asà que venciendo el aire frÃo que cortaba hasta la respiración cogà mi segunda botella, alias la fallida, y allá me fui al punto en la desembocadura del Miño desde donde el primer lanzamiento se habÃa convertido en un éxito. Al salir de casa me crucé un gato negro. Mal asunto para la pobre botella. A medio camino, en una rotonda, otro gato negro… ¿a que ésta tampoco lo consigue? Nada mas llegar veo que malos presagios traÃa también la fuerza de las olas pero aún asÃ, la botella se fue al agua y aquà se ve en el pleno centro de la imagen intentando sobrepasar el oleaje.

Como era de esperar, la botella cosechó su segundo fracaso consecutivo. Primero viento y olas la acercaron a las rocas y finalmente encalló. SÃ, sÃ, asà como suena, quedó parada encima de una roca. Por suerte un minuto después fue descabalgada por otra ola y acabó llegando a mis manos en la orilla.

Segundo fallo. ¿Os suena eso de «a grandes males, grandes remedios»? Pues allá nos vamos rÃo arriba al «Ponte da Amizade», el puente que une Goián con Vilanova da Cerveira cruzando el Miño. Este mismo de la foto.

Y allÃ, desde lo mas alto, desde el centro del rÃo, le dimos pasaporte a la botella. Rapido cogió camino, rápido cogió velocidad, lástima que tamaño microbio no se vea. Si en esta foto a tamaño normal sólo se aprecia un pequeño punto abajo a la izquierda que es la botella camino de la desembocadura, en el tamaño en que se publican me imagino que no se verá nada.

Derivando ligeramente a la izquierda seguÃa su camino, en esta foto sà que la podéis ver mas cerquita de Vilanova, es ese punto justo encima de la «g» de galiciaenfotos.com. Por no desanimarla no le dijimos que la desembocadura está aproximadamente a unos diez kilómetros del punto donde la tiramos. Esperemos que la corriente del rÃo la ayude un poco, la fuerza del Miño es tremenda y si no se desviara hacia la orilla podrÃa salir perfectamente al océano.

A punto de irnos, otra sorpresa. Ayer ya comenté la de cormoranes que se ven últimamente. ¿Qué apareció? Un cormorán volando. Dio una vuelta alrededor de ese pequeño puntito negro arriba a la derecha que corresponde a la botella, supongo que lo harÃa intentando discernir si era un pez para finalmente concluir que los peces no llevan una etiqueta de «La casera». Lo único que le faltaba a la pobre botella tras sus dos fracasos es que apareciera un pájaro grandote, la cogiera y se la llevara a su nido. Ya lo decÃa Murphy: si las cosas pueden ir mal, irán mal y en el peor momento.
