Galiciaenfotos.comSin rumbo. Sin prisas. Sin horarios.

Concretamente desde el interior del parador de Monforte, anteriormente Monasterio San Vicente do Pino, reabierto como parador en 2003. Situado en todo lo alto de una colina, y siendo lo primero que se divisa desde lejos, tanto las vistas como el interior merecen la pena ser contemplados. Quizá el único pero es el escaso aparcamiento exterior y la presencia por los alrededores de mi suegra, razón por la cual mis visitas a la zona se ven reducidas al mínimo imprescindible y siempre acarreando una ristra de ajos por si acaso.

Otro de los sitios que ya iba tardando en poner, la afamada Playa de las Catedrales en Lugo, donde el mar ha formado una preciosa colección de arcos y cuevas naturales en la roca. Resulta muy entretenido ir caminando por la arena viendo el panorama aunque conviene tener cuidado en no quedar aislado por la marea que sube rápido. Si eres fotógrafo te desesperarás intentando sacar una foto con menos de cien personas por medio, pero bueno, son gajes del oficio.

En la Plaza del Campo del casco viejo de Lugo podemos encontrar esta fuente de la que, según nos comentaron, durante las fiestas mana vino en vez de agua. Buscado y rebuscado en San Google para dar mas información de tal milagro, lo único que encontré fue esta referencia en una descripción de Lugo hecha por un lugareño que merece la pena leer. Habrá que seguir buscando o volver para preguntar mas concienzudamente por las fechas y motivos por los que se produce tan magno acontecimiento.

Tengo que reconocer que me pasa una cosa curiosa con este pueblo. La foto está fechada en 1993 y fue sacada desde la carretera, de camino a la marina lucense. Recuerdo haberme dicho que tenía que parar un día en Mondoñedo. Varias veces pasé, pero nunca paré, bien porque me queda totalmente a desmano, porque siempre he pasado camino de otro lado o por ese aspecto de pueblo con escaso interés. A ver si del 2009 no pasa y honramos Mondoñedo con una buena serie de fotos.

El casco viejo lucense está rodeado por la muralla, y se entra a través de una de las múltiples puertas que la cruzan. Las hay pequeñas o las hay bien grandotas, como esta, la llamada «Porta Bispo Aguirre». Como siempre, al meter gente en el encuadre permitimos al espectador comprobar mas fácilmente las dimensiones de la puerta. Esto se suele hacer porque aunque os diga que la puerta era grandota y enorme, generalmente no me hacéis caso y pensáis que exagero.

Otro de los monumentos que me llamó la atención en Lugo, además de muralla y catedral, fue éste de un aguila subido a una columna. En principio me acerqué a la placa y decía «Augusto Caesar» seguido de una retahila en latín. Siendo conocida mi nula capacidad para las lenguas muertas, supuse que se trataba de un regalo por el cumpleaños de Augusto César Lendoiro, presidente del Dépor, y no le di mayor importancia.

Sin embargo, como uno es curioso por naturaleza y meticón por afición, busca que te busca encontré el verdadero significado. Es en realidad el Monumento del Bimilenario, erigido para conmemorar el segundo milenario de la fundación de Lugo por los romanos. Aquí podéis leer mas detalladamente la historia del monumento y, como curiosidad, porqué hubo que cambiarlo en 1977.

Ya que tenía seleccionadas otro par de fotos del Monasterio de Samos, les doy salida y salvo que la ocasión lo merezca, prometo dejarlo en paz por una buena temporada. La primera es la entrada, foto hecha con una camara digital antigua y con el sol dando a toda mecha, poco se le podía pedir al cielo que sale totalmente churrascado. Poco mas que un testimonio para que la gente vea cómo es la entrada al monasterio.

Con la misma cámara pero ya dentro del claustro y el sol en una posición mucho mas favorable, sale esta imagen de la fuente que, dentro de lo que cabe, hasta puede resultar agradable a la vista y todo.

Visto en Lugo, al lado de la Plaza Mayor. Destaca su slogan «Déjenos pensar por usted». Ya lo hicimos una vez con los políticos y mirad cómo nos va.

Claro que también conozco alguno que el verbo pensar no figura en su diccionario, pero bueno, ese ya es otro tema.

Si, confieso, de Lugo hay algo que me pierde: el pulpo. Cosa curiosa, siempre se dijo que el mejor pulpo se come en el interior y tengo que reconocerlo, el de Lugo está de miedo. Ni blando ni duro, en su punto de picante, con sus cachelos, su pan de verdad y su cervecita, con eso ya soy feliz.

Hace unos días me acerqué de nuevo al Caurel. En vez de escoger la ruta típica de Quiroga-Folgoso-Seoane, y recordando las interminables obras de la última visita, optamos por innovar y explorar la ruta Quiroga-Fisteus-Seara.  He de reconocer que nos salió redondo porque se ve mucha mas naturaleza que por el otro camino. Arboledas, montes, barrancos, recordaba haber oído algo de las canteras que hay en el Caurel y la polémica al estar instaladas en pleno parque natural, pero hasta esta visita no me había fijado en ninguna. Se notan. Vaya si se notan. Juzgarlo vosotros mismos.

El paseo no acabó ahí. Debimos equivocarnos en un cruce (llevar GPS es de cobardes) y aparecimos en Oencia, entre sus tremendos bosques de castaños en plena época de recolección. Una sensación de lo mas curioso salir del coche, sentarse y ver como caen castañas, caen castañas, caen castañas…